martes, 22 de diciembre de 2009

LA PRIMERA PIEDRA



¿Por qué eres tan inflexible con los demás?
¿Por qué quieres sentarte a tu puerta
y ver el cadáver de tu enemigo pasar?

Si Dios perdona antes de la ofensa
por qué tú no puedes perdonar
o tal vez perdonas de los labios hacia afuera
y te dices: ¡Perdonar sí, olvidar jamás!

Es un perdón hipócrita, de nada te servirá.
Todos somos humanos, todos caemos
y nos volvemos levantar,
así como tú juzgues, así te juzgarán
Palabra del Señor, eso no lo podrás cambiar.

El perdón amigo mío,
empieza por uno mismo, así tal cual,
si no te perdonas, jamás podrás perdonar.
No eres mejor por ser menos graves tus culpas,
no eres mejor que nadie,
aunque el de al lado sea un criminal.

No termines siendo un sepulcro blanqueado
creyéndote más limpio porque rezas más,
podrás engañarte a ti mismo
pero no podrás engañar a tu Dios,
¡Como si Dios no te viera!
¡Como si Dios no supiera!

Mírate a ti mismo antes de señalar
al de enfrente o al de más allá,
y si te crees merecedor del Paraíso
limpio de culpa y cargo,
arrójame si aún quieres la primera piedra

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